miércoles, 3 de diciembre de 2014

Life is such a paradox de Francisco Mata (La vida es tan paradójica)

Así, la tarea de una filosofía de la fotografía consiste
en cuestionar a los fotógrafos respecto de su libertad,
e investigar su búsqueda de la libertad.
Vilém Flusser

La historia de la fotografía es breve y conocida, Daguerre, Talbot y Niepce son personajes legendarios entre aquellos que blanden la camera obscura. En esa corta historia los géneros fotográficos han surgido, se han desarrollado, se han apareado y algunos se han diluido dentro de otros, incluso antes de alcanzar la madurez. Ninguna aventura más vertiginosa que la de la imagen fotográfica, el Odiseo de las artes visuales que ha sobrevivido a la cólera de Poseidón para reinar de nuevo en Ítaca. Y entre esa avalancha de soldados que disparan obturadores, son pocos los que trascienden por sus hazañas…
Entre los géneros fotográficos que se han fortalecido con el tiempo se destaca el fotoperiodismo, ese justo instante en que pasamos de la historia de la fotografía a la fotografía de la historia; las estampas del aquí y el ahora que se anclan en nuestro imaginario.  El fotoperiodista tiene la ventaja de hundirse en un género bien enraizado, pero el reto de ser el intérprete de una simbología tan compleja como la diversidad humana.
En la mente de tal fotógrafo viajan miles de imágenes y, al paso del tiempo, esa conexión que va del ojo al cerebro y de éste a la mano, se adiestra con disciplina, pasión y tenacidad. No hay casualidades en la captura de una escena. Existe el momento decisivo que pasa por un tamiz de experiencias y talentos.  El trabajo de Mata es ejemplo de este oficio en esas condiciones, una combinación ajustada de destreza, iconografía, análisis y crítica; nos descubre la vida paradójica que él reescribe. Porque el fotógrafo también crea: aunque los elementos de su obra son pre-existentes, su manifiesto debe ser nuevo. El trabajo de Francisco Mata es precisamente un manifiesto nuevo y evolucionado, pero de interpretación abierta porque no acostumbra la anécdota simplista, la moraleja trillada o el melodrama. Sus tesis navegan en cierta profundidad, a veces turbia, que obliga a la activación del pensamiento.
Esta colección reunida por el autor nos lleva en un viaje por diferentes niveles. El primero, y más importante, es el de la imagen solitaria. Cada fotografía aislada tiene un vigor y un recorrido que la destaca, la fuerza de la esencia humana enclavada en un espacio que se ve alterado con su presencia, el espacio de la humanidad. En una segunda lectura cada escena está emparejada con otra a través de paradojas sutiles, ligas formales o sensoriales que crean dípticos renacidos; imágenes dobles con un código que las separa de su individualidad. El tercer nivel es el mensaje que el autor está armando para nosotros con esta codificación. A partir de la paradoja de la vida, Mata nos envuelve en un juego de diálogos: algunos como juegos sensuales y otros como peleas de gallos. Esta coreografía de parejas que danzan sobre compases distintos, sincopados, terminan en un patrón de parvada que migra hacia el mismo punto cardinal.
La fotografía de Francisco Mata se caracteriza porque nos muestra momentos acertadamente recortados de la realidad. Pero toda imagen es un código que debe descifrarse, la fotografía no es el hecho sino su reinterpretación. Los niveles de realidad entre los que existen el sujeto y la imagen que trasciende, son diferentes. La fotografía del migrante no es “el migrante”, es una visión del fotógrafo que nos extiende una gama de símbolos que pueden crear conexiones en nuestro entendimiento. Una fotografía es una imagen de conceptos, dice Flusser; fotografiar es buscar posibilidades no descubiertas, imágenes aún no vistas, improbables…
El trabajo que vemos en Life is such a paradox, habla de un dominio de los aspectos formales audiovisuales, pero sobre todo de la claridad del discurso. ¿Por qué?, porque de manera extraordinaria, el trabajo de Francisco Mata está lleno del elemento más difícil de conseguir en el mundo del arte y del pensamiento: está lleno de significados.
Fernando Sánchez Bernal
Galería de Arte Carlos Olachea
Festival FOTOSENSIBLE
La Paz, Baja California Sur, México
Octubre de 2014